Yogur, fresco aliado de la salud y la línea

Viso (ES)
14/04/2022
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Ya está, por fin ha llegado el verano. Tanto si estáis disfrutando del sol en una playa llena de gente como si estáis realizando la cuenta atrás en la oficina para las vacaciones, una cosa está clara: el deseo de alimentos frescos es enorme.

Nos damos cuenta de que necesitamos alimentos que nos ayuden a recuperar las energía que a menudo el calor nos quita.

En la playa o en el trabajo, a menudo, no sabemos qué alimento elegir para merendar, y a veces nos dejamos llevar por la gula y elegimos alimentos poco nutritivos y que no nos sacian completamente.

El yogur es probablemente la elección más indicada, por ser un producto con unas características nutricionales equilibradas, pero al mismo tiempo también es práctico y sabroso.

Intentemos conocerlo mejor.

El yogur es un alimento que se obtiene por fermentación de la leche por parte de unas bacterias específicas, llamadas fermentos lácticos, que añadidos a la leche ponen en marcha un proceso (llamado fermentación) que lo acidifica creando, exactamente, el yogur.

Los beneficios del yogur son innumerables y son determinados por sus características nutricionales, sobre todo por el contenido de fermentos lácticos, probióticos y micronutrientes, como las vitaminas del grupo B y los minerales (de los cuales el más abundante es seguramente el calcio).

Es un alimento completo, porque contiene proteínas, carbohidratos y grasas en las proporciones adecuadas. Pero a menudo las cualidades nutricionales y las propiedades benéficas del yogur varían dependiendo del tipo de producto, con un consiguiente aporte calórico diferente.


Veamos cuáles son los principales tipos de Yogur que podemos encontrar en el mercado:

YOGUR BLANCO NATURAL.

Es el tipo de yogur con menos tratamientos, porque se trata de leche fermentada sin ningún aditivo. Puede variar de leche “entera” a “semidesnatada” o “desnatada”, dependiendo del tipo de leche al que se añadan las bacterias que luego cumplirán el proceso de fermentación. Puede denominarse “probiótico” si se le añaden probióticos. El yogur blanco natural o “probiótico” es el yogur auténtico, con un característico sabor un poco ácido, con un buen aporte proteico y un contenido de azúcares limitado. El contenido de grasas varía dependiendo del tipo de leche de origen, el “yogur desnatado” contiene un porcentaje más bajo.

YOGURES DULCES O DE FRUTA.

Al Yogur natural o probiótico se le pueden añadir varios ingredientes. Las sustancias añadidas pueden ser azúcares en general o fruta (a menudo jarabes o compotas), cereales, chocolate, fruta seca, café, etc. Este tipo de yogur seguro que resulta más sabroso que el clásico Yogur Natural, pero generalmente contiene muchos más azúcares (especialmente los de fruta) o muchas grasas. Habría que consumirlos de vez en cuando y cuando se compran habría que consultar siempre la etiqueta nutricional para elegir la marca que aporte un contenido de grasas saturadas (las llamadas “malas” para la salud) y de azúcares simples menores.

YOGUR GRIEGO.

Se trata de un yogur que se diferencia del resto por el proceso de filtración. Mientras que en el yogur tradicional hay 2 operaciones de filtración, en el yogur griego se producen incluso 3. Esta operación no solo hace que el yogur griego sea más cremoso y compacto, sino que también reduce el contenido de azúcar (lactosa) y de sal. Estas características dan más valor a las propiedades nutricionales de este tipo de Yogur, que resulta ser por lo tanto más proteico y con menos azúcares con respecto al yogur tradicional.

YOGUR VEGETAL.

El Yogur vegetal es una óptima alternativa para quien sea intolerante a la lactosa. Lo que cambia de hecho es el tipo de leche de origen. El más vendido es seguramente el yogur de soja, que se obtiene de la fermentación de la leche de soja. Desde el punto de vista nutricional estos yogures tienen unas propiedades óptimas: al derivar de leches vegetales el contenido de grasas saturadas es muy bajo. Tendremos que prestar especial atención al contenido de azúcares añadidos o a las variantes “dulces” que pueden reducir las características benéficas del producto. Como con todos los alimentoa, conviene leer siempre bien la etiqueta nutricional y elegir los productos con menor aporte de azúcares simples, grasas saturadas y sal.


Los beneficios del yogur para nuestro organismo son por lo tanto múltiples.

Está claro que la propiedad principal del yogur es la de mejorar la funcionalidad intestinal, gracias a los fermentos lácteos y a los probióticos en él contenidos.

Estas bacterias también son capaces de favorecer la metabolización de fibras, proteínas y carbohidratos, además de producir vitamina K (implicada en los procesos de coagulación) y de luchar contra los agentes patógenos. Además, el contenido de calcio del yogur mejora la salud de nuestros huesos. Todas estas propiedades hacen que el yogur sea un alimento indispensable en nuestra dieta y un delicioso ingrediente para recetas ligeras y sabrosas.

Por ejemplo, para dar sabor a las carnes blancas, al pescado o a las ensaladas, podemos preparar una rapidísima Salsa de Yogur.

El yogur también puede volver más apetecible la fruta, muy a menudo poco consumida por los niños a la merienda. Con pocas acciones podréis preparar un Helado de yogur fantástico.