Todos los consejos para conservar el bronceado y regenerar la piel después del verano

Corpo (ES)
13/04/2022
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A la vuelta de las vacaciones el tan deseado bronceado empieza a desaparecer de forma inevitable, dando espacio a una piel apagada, seca y deshidratada.Pero, ¿existe alguna manera de evitar que la piel se “pele” y se regenere y tomar solamente los beneficios del sol y del bronceado, haciéndolo durar lo máximo posible?

La respuesta es sí, gracias a algunos pequeños trucos para mantener un buen color dorado más tiempo y regenerar en profundidad la piel después de las vacaciones… e incluso después de una quemadura, si no hemos podido evitarla.

SOS piel estresada después de las vacaciones.

Vacaciones es sinónimo de relax, pero no para tu piel, que puede haberse visto afectada por el sol, por el uso de productos que no le permiten oxigenar bien o por otros factores que causan deshidratación como la exposición a los rayos UV, o también por el contacto continuo con salitre y viento, por una alimentación desordenada y por un escaso aporte de líquidos.

Por lo tanto, una vez desaparecido el bronceado, el cutis puede parecer seco, opaco, con impurezas, puntos negros, manchas y pequeñas arrugas superficiales en evidencia. Estas son las consecuencias de la exposición al sol y, en general, a los agentes atmosféricos típicos del período estivo, que muy a menudo infravaloramos o ignoramos.

¿Qué le pasa a nuestra piel después de una prolongada exposición al sol? ¿

Conocemos realmente la estructura de nuestra piel?

Probablemente la mayor parte de nosotros no.

Tanto si es pálida como si está preparada para ponerse dorada bajo los rayos del sol, la piel sufre mucho de todos modos la acción de los rayos UV.

¿Pero por qué?

Como sabemos, el cutis está formado por la epidermis, la dermis y la hipodermis. El primer estrato hace de verdadera “barrera”, impidiendo por un lado la penetración de agua, de sustancias extrañas y de microorganismos, y por el otro la pérdida de agua y electrolitos.

La dermis es por el contrario un tejido conectivo, compuesto principalmente por fibras de elastina, que aseguran la correcta elasticidad del cutis, y por fibras de colágeno, que tienen la función de sostén y resistencia.

También la hipodermis está formada por un tejido conectivo, y allí es donde se encuentran los folículos y las glándulas sudoríparas.

¿Pero cómo actúa el sol sobre estos estratos?

Los rayos UV llegan a la dermis y dañan el ADN de las células matándolas. Así se forma el fastidioso efecto “escamado” de cuando empezamos a pelarnos.

El sol causa la degeneración de la elastina y del colágeno. Las dos proteínas ofrecen firmeza y elasticidad a la piel.

Cuando se degeneran, las arrugas, las marcas de expresión, los surcos y las manchas pueden resultar visibles en la piel.

¡Atención con el viento y el salitre!

El sol no es el único que daña la piel en el verano. El viento y la sal del mar pueden causar deshidratación, ya sea a nivel superficial (en la epidermis) o más en profundidad (en la dermis). El resultado es una piel seca y menos sana.

5 trucos para exfoliar y rehidratar la piel después de las vacaciones.

Pero limitar los daños es posible. Hay que regenerar y rehidratar la piel en profundidad después del verano con estos simples trucos para aportar elasticidad y luminosidad al cutis.

Bebe mucho y come alimentos con mucha agua.

Parece un consejo banal, pero hidratar el cuerpo a partir del interior es la primera regla. Por lo tanto, un sí a la fruta que contenga mucha agua, como la sandía, el melón, las fresas… y verdura como el pepino, verduras rojas, pero también la lechuga iceberg, el apio, la coliflor y las zanahorias para nutrir e hidratar la piel.

Ayúdate con las infusiones.

Para devolver hidratación a la piel y depurarla de las toxinas acumuladas, puede ayudar el elegir infusiones a base de ingredientes como el diente de león. Tés a a base de hojas de borraja fresca ayudarán sobre todo a hacer desaparecer las marcas más fastidiosas, como pueden ser las manchas solares y los eccemas.

Lo principal es hidratar.

Para la piel, la hidratación no es solo sinónimo de agua. Hay que utilizar productos con ácidos grasos esenciales, como el Omega 3, 6 y 9, que reparan profundamente y hacen que la piel sea más compacta y elástica, previniendo el envejecimiento.

Recuperar la luminosidad natural de la piel.

Al final del verano es preferible utilizar cremas hidratantes con factor de protección, que protejan la piel de los rayos solares y que estimulen la producción de ácido hialurónico, necesario para la regeneración celular. Los objetivos principales son favorecer la oxigenación y nutrir la piel.

Exfoliar, pero con moderación.

La exfoliación es un óptimo modo para contrastar la retención de los líquidos cutáneos: de hecho, la exfoliación tiene una acción hidratante, nutritiva y antioxidante. De todos modos es aconsejable no exagerar con la exfoliación, limitándose a efectuarla más o menos un par de veces al mes, para no alterar el equilibrio natural del cutis.