El rostro refleja nuestro espíritu y la llegada del invierno y de los días grises pueden significar un desafío tanto para el espíritu como para la piel.
El efecto inmediato del frío es el de favorecer la restricción de los vasos sanguíneos, haciendo que la piel se deshidrate y haciéndonos luchar contra la piel seca, las manchas rojas y el color apagado.
Si queremos una piel siempre sana y vital, tenemos que cuidarnos en todos los aspectos: utilizando los productos adecuados, pero también manteniendo nuestro cuerpo sano de manera que pueda expresar toda su belleza.
La alimentación es un aliado formidable para salvaguardar la salud de nuestra piel, porque una dieta que contiene todos los nutrientes necesarios para nuestro bienestar es una de las armas de belleza más potentes que tenemos a nuestra disposición.
Cada dieta tiene sus propias características, que pueden ser más o menos favorables para la salud de nuestra piel. Existen muchos alimentos que benefician a la piel, pero es interesante notar cómo algunas costumbres alimentarias diferentes puedan tener varios efectos sobre nuestra piel.La dieta Mediterránea.
Gracias a su aporte equilibrado de proteínas, hidratos de carbono y grasas, la dieta Mediterránea seguramente es la más completa y la más indicada para prevenir el envejecimiento cutáneo.El correcto equilibrio de alimentos con muchas proteínas e hidratos de carbono es fundamental para la piel, ya que un aporte excesivo de estos últimos favorece la degradación de fibras de elastina y colágeno, sustancias indispensables para mantener la piel elástica y luminosa.
Los amantes de los hidratos de carbono deberían intentar prestar atención sobre todo al aporte de azúcares simples (dulces, helados, galletas, etc.) y preferir cereales como primer plato con muchas fibras, como la pasta integral, la cebada, la espelta, etc.
La presencia de variados alimentos que contienen muchas proteínas vegetales (legumbres), fruta y verdura de la dieta Mediterránea son muy positivos para la piel ya que ayudan a llenarse de antioxidantes que combaten el estrés oxidativo y por lo tanto el envejecimiento celular.Por último, el vino tinto (si se bebe de forma moderada, es decir, no más de una copa al día), bebida típica de la dieta mediterránea, aporta resveratrol, una particular sustancia muy útil para protegerse contra los daños solares.
Dietas hiperprotéicas.
Las dietas hiperprotéicas pueden tener efectos contrastantes tanto sobre nuestra belleza como sobre nuestra salud. De hecho, es verdad que los aminoácidos son importantes para la salud del cabello y de las uñas, pero una alimentación pobre en hidratos de carbono y azúcares puede influir en el cortisol, la hormona del estrés, y dañar la piel, favoreciendo la aparición de granitos y de manchas.
En una dieta hiperproteica también hay que tener en cuenta que no solo las proteínas son necesarias, sino también las grasas: por lo tanto, hay que prestar atención sobre cuál asumir. El consejo es consumir sobre todo alimentos fuente de omega 3 y omega 6 (como las grasas que contiene el pescado y la fruta seca), que hacen bien a la piel ya que ayudan a mantener las membranas celulares fuertes y elásticas.
Por otra parte, las proteínas también resultan fundamentales en la producción de colágeno, que, como hemos dicho, es una sustancia fundamental para mantener la piel joven y elástica.
Dieta vegana y vegetariana.
Uno de los principales peligros de una dieta de este tipo, sobre todo en el caso de la vegana, es no asumir suficientes alimentos protéicos, que, como acabamos de decir, son importantes para una piel perfecta.
Para mantener un buen aporte protéico, hay que consumir cada día legumbres, frutos secos y huevos o quesos, si se puede.
En resumen, hay alimentos que hacen bien a la piel y dietas que ayudan a tener una piel perfecta, pero el mayor secreto de belleza es siempre nuestra salud. Una alimentación sana y equilibrada que comprenda todos los nutrientes útiles para nuestro bienestar es el medio para lograr este objetivo.