Correr por la playa: todos los consejos

Fitness (ES)
13/04/2022
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Es bien sabido que con la llegada del verano crece el deseo de estar al aire libre y de ponerse en forma rápidamente, quizás uniendo la utilidad al placer con una carrera por la playa a pocos centímetros del mar.
Una sensación de bienestar impagable… Sí, pero analizando profundamente la carrera por la arena, no es todo oro lo que reluce. Hay que tomar las correctas precauciones para evitar desagradables efectos negativos. A continuación los pros y los contras de la actividad en la playa.

Porque gusta.

La respuesta es más que evidente. Para quien ama el mar, la idea de dar un paseo rápido o de hacer una carrera por la orilla al alba o con la puesta de sol, representa un estímulo para el cuerpo y sobre todo para la mente. La tranquilidad de la playa vacía, de las sombrillas cerradas y el ruido de las olas son un gran estímulo para los órganos sensoriales y esto es indudable ¿Pero desde el punto de vista físico se puede decir lo mismo?

Coste energético mayor.

Si con la carrera sobre el asfalto “quemamos” 0,9 kcal por kg de peso al kilómetro, con la carrera sobre la arena este coste energético aumenta aproximadamente a 1,5: con la carrera en la playa quemamos más calorías, con efectos positivos sobre el consumo de las grasas aunque corramos a intensidad medio-baja. Obviamente hay que considerar que un coste energético mayor debe ser soportado por un mayor entrenamiento y esto significa que la carrera por la playa necesita un buen estado psico-físico, siendo de esta manera desaconsejable para los principiantes.

Mejor sobre la arena mojada.

El consejo es obviamente el de correr (o hacer jogging para los menos entrenados) por la orilla, donde la arena está mojada y por lo tanto es más compacta, evitando los tramos excesivamente inclinados que podrían haceros correr de manera totalmente asimétrica entre el lado derecho y el lado izquierdo.
La superficie favorable hace que la carga que las articulaciones y los músculos tienen que soportar sea menor y por lo tanto menos gravosa.

¡Atención con las lesiones!

Por el contrario, una carrera sobre la arena seca resulta más fatigosa. Aunquee tenga efectos positivos sobre el potenciamiento muscular y sobre las capacidades coordinativas, puede implicar problemas sobre todo al tríceps sural (gemelo), con un mayor riesgo de lesión muscular o a los tendones.

Mejor con las zapatillas.

Llevar puestas las zapatillas de running a la playa probablemente era una idea que no se os pasaba por la cabeza, pero la carrera con los pies descalzos, aunque pueda ser más natural, implica más efectos negativos que beneficios: pasando por la variación de la estabilidad biomecánica de la carrera, al mayor riesgo de lesiones especialmente a los tobillos (falta de la mayor estabilización dada por la zapatilla en la flexión lateral del pie), hasta llegar a la posibilidad de herirse levemente, o incluso más, con pequeños detritos presentes en la playa o simplísimas, pero muy afiladas, conchas. Llevad unas simples zapatillas de deporte, que garanticen un buen sostén del pie y una discreta elasticidad.

Algunos consejos

– Si sois corredores habituales, realizad dos entrenamientos muy ligeros por la orilla empezando con 6-8’ de caminata lenta antes de pasar a la carrera lenta, por 20-25 minutos, concluyendo con 5-6’ de caminata para recuperar

– Si no sois corredores habituales, mantened el esquema inicial (activación ) para luego alternar en los 20-25 minutos sucesivos: 2’ de carrera y 1’ de caminata rápida

– Estiramientos sí, pero preferiblemente unas horas después de la carrera

– Escuchad las sensaciones de vuestro cuerpo y en particular los posibles sobrecargos musculares, y reducid el ritmo si es necesario

– Entrenad en las horas más frescas: por la mañana temprano o al atardecer, añadiendo un baño en el agua fresca al final del entrenamiento, de cintura para abajo, para recuperarse de forma más rápida por el esfuerzo realizado y para favorecer la eliminación de las toxinas.